9 de julio.

¿Pero sabes qué? No puedo prohibirle a mi corazón latir, no puedo impedir que mi cabeza se acuerde de ti. Tampoco puedo borrar todo nuestro pasado de golpe, ni hacer como si no hubiera pasado nada entre tú y yo... He hecho lo imposible por olvidarte, pero no puedo evitar soñar... Cada vez es más difícil, mi vida, desde que estoy intentando pasar de ti, sueño cada día contigo y esa sonrisa tuya tan bonita... Aunque cada vez mi cabeza improvisa más tus rasgos, tengo lagunas, cada día se me borra un gesto o una expresión tuya y ya no sé que es lo que quiero... Y me sigo despreciando a mí misma, y sigo creyendo que toda la culpa es mía... ¿Y si no he sabido aprovechar las oportunidades que tú me dabas? No tienes ni idea de lo que es sentirse así, y si la tienes, es porque lo has sentido por otra, no por mí. No entiendes lo que me haces sentir, no te das cuenta de que eres el sueño de muchas pero la realidad de muy pocas... 

¿Sabes cuanto me costó acostumbrarme a ese hueco vacío? Preferí quemar tu recuerdo a llorar en cada rincón, aunque aún así sigo mirando tu foto, pensando que quizás volverás. Una mentira más no me hará daño, de todas maneras tu ya no estás, y ahora todas las mañanas me despierta el maldito despertador y no tus besos.