Soy alegre, organizada, activa,
responsable, divertida... De pequeña era muy tímida, ahora hablo por los codos.
A veces puedo ser algo alocada y otras, muy criticona. Soy chica de letras; odio
las matemáticas pero me encantan los idiomas (hablo perfectamente español y
gallego, llevo aprendiendo inglés muchos años, estudié francés en la escuela y
hasta sé un poco de latín...). Mi color favorito es el azul y el que más odio,
el gris. Odio el número 13, dicen que da mala suerte y en mi caso se cumple, mi
número de la suerte sería el 18. Me encanta hablar por teléfono; puedo pasarme
horas y horas colgada al teléfono con cualquiera de mis amigas. Ser madridista
me viene de familia, al igual que ser deportista (me gusta la natación, el
baloncesto...). Soy muy sociable, me encanta conocer a gente nueva, en lo
primero que me fijo es en la sonrisa y en la mirada, me pone de los nervios que
no me miren a los ojos al hablarme. Soy la persona más indecisa e insegura que
conozco, siempre necesito que mi familia y amigos me apoyen en mis decisiones.
Suelo equivocarme a pesar de todo, me levanto; soy de las que creen que de los
errores se aprende. Me encanta escuchar música, detesto que me digan la música
que es buena y la que no. Odio las ensaladas y todo lo verde: lo mío es la
comida rápida. Creo que tengo una seria adicción a la Coca-cola. No hay nada
que me relaje más que una ducha y la voz de Dani Martín. Soy de esas personas
que no creen que haya llegado el verano hasta que no ve el anuncio de Estrella
Damn. Suelo llorar en las películas de amor. Odio las gmma, gemes, clones y a
todas esas personas desesperadas por buscarse motes, aunque reconozco que yo
también pasé esa época. Soy como un lagarto, en cuanto hace calor, salgo a
tomar el sol: me encanta ponerme morena. No soy ni racista ni homófoga, creo en
la libertad de expresión. Odio a la gente que se hace super fan de una película
sin haber leído al libro. Le doy mucha importancia a los detalles, cosas tan
simples como una felicitación, que me deseen suerte antes de una actuación o
que se acuerden de mí de viaje me hacen feliz. Adoro los abrazos y que me digan
“te quiero”, pero sólo si son sinceros; me gusta que me tapen los ojos y me
digan “¿Quién soy?”. Hace años hice taewkondo y me quedé en el cinturón
verde-azul, vamos, sé defenderme. Adoro la playa: el tacto de la arena, las
conchas, las rocas, el mar… Otra cosa: el agua, me encanta estar dentro del
agua, relajarme y flotar… Me gusta mucho nadar, lo hago desde que era pequeña. Cuento
chistes malos de los que sólo me río yo; en realidad me río todo el rato y creo
que tengo la risa más escandalosa que existe. Si te llamas Carlos, Irene o
Andrea, cuidado, haré la broma fácil. Adoro el pelo largo; me gusta liso pero
yo lo tengo ondulado. No me quejo, sé que si fuera al revés, desearía tenerlo
rizado. Me gustaría teñírmelo de castaño claro. Me encanta ir de compras,
sobretodo en rebajas, aunque odio los probadores. No soy capaz de ponerme un
bikini o un pijama que no esté descombinado. No soy fotogénica, pero me gusta
sacarme fotos. No sabría vivir sin mis mejores amigas. Odio que me manden
callar, no sé hablar en bajo. Suelo llevar reloj, nunca me quito la exclava que
me regaló una de mis mejores amigas. Tengo el nombre más común y los apellidos
más raros que hay, pero aún así, estoy muy orgullosa de ellos, al igual que de
mi familia. Solía morderme las uñas, ahora muerdo bolis. Dicen que sé escuchar
y aconsejar a la gente, puede que valiera para psicóloga. Nunca traicionaría a ninguna de mis amigas por nada del mundo, son las que están ahí día día. Ojalá no me encariñara tan rápido de las personas, pero no lo puedo evitar. Adoro viajar, escuchar música, cantar, ir al cine, aunque también me encantan las tardes de domingo en casa, con peli y palomitas. Odio las mentiras, el estrés, los imprevistos a última hora, que la gente me falle... Detesto la rutina, pero a la vez me dan miedo los cambios y las despedidas, por eso me aterra hacerme mayor, porque a veces crecer significa tener que despedirse...
Suelo imaginarme la vida de cada persona que me cruzo por la calle, se me da mejor soñar despierta que dormida. Confío más en los demás que en mí misma. Desde pequeña tengo una obsesión con volar, puede ser que por eso me gusta bailar, creo que es lo más cercano a volar que existe. De mayor quiero ser periodista y espero vivir en Barcelona algún día.
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